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Resituación

Percibir en la oscuridad del presente esa luz que trata de alcanzarnos y no puede: eso significa ser contemporáneo, ésta es una cita de Agamben, de su artículo Lo Contemporáneo. Dicen que “la oscuridad que percibimos en el cielo se debe a que suponiendo un universo en expansión, las galaxias más remotas se alejan de nosotros a una velocidad tan alta que su luz no llega a alcanzarnos”.

Ser contemporáneo tendría que ver con recibir la oscuridad de su tiempo. Usemos la expresión “su tiempo”, como “época”, por ejemplo, la nuestra. Dice Agamben que en la relación con el tiempo puede darse una singularidad que consiste en adherirse a él a la par que se toma distancia con el mismo. Si en nosotros se da una coincidencia demasiado lograda con la época no somos contemporáneos, pues no se produce el desfase necesario para poder percibir sus tinieblas. Coloca la contemporaneidad en una no concurrencia. Ser contemporáneo implica una parcela de inactualidad. Ese “percibir sus tinieblas”, ver sus sombras, captar su oscuridad, no es un acto pasivo sino una actividad que requiere la habilidad de no dejarse cegar por las luces del siglo y distinguir su parte de oscuridad.

De vez en cuando, al menos, se hace necesario vivir el desfase en nosotros mismos con respecto a nuestra propia historia. A la historia de nuestras vidas, una a una, en particular, al “si con mi vida se puede escribir una novela”. Esa distancia con nuestro tiempo –ese que llamamos “la vida”, desde que se nace hasta que se muere- va de la mano de adherirse a él, incluyéndose. Esto nos resitúa. Si todo va bien nuestra posición subjetiva cambia. De algo de esto va un psicoanálisis.

Nota: Giorgio Agamben (nacido en Roma en 1942) es un filósofo italiano de fama internacional.

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